19 octubre 2010

El primer iPhone en el espacio


Luke Geissbühler es un tipo corriente. Sin una formación científica especial, trabaja como cámara en unos estudios cinematográficos, le gusta la astronomía y vive en Nueva York. Ah, y tiene un hijo de siete años que se llama Max. Ambos, padre e hijo, han superado a las grandes agencias espaciales y han conseguido enviar una cámara a la estratosfera, a más de 30 km de altura. Atada a un globo y... gobernada por el GPS de un flamante iPhone 4. Querían, y consiguieron, un vídeo en el que se viera la Tierra desde fuera.



El procedimiento, aunque aparentemente sencillo, no deja de tener sus complicaciones. En síntesis, se trataba de amarrar una cámara y un iPhone a un pequeño globo meteorológico, y conseguir que ambos dispositivos volaran lo suficientemente alto como para poder apreciar la curvatura terrestre y la fina capa atmosférica que envuelve nuestro planeta.


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